Un argentino denunció haber sido agredido por su nacionalidad y por culpa de Botnia. El diario piquetero El Argentino lo amplifica en Gualeguaychú, y Crítica lo levanta sin corroborar nada. No fue así: se burlaron de dos travestis, y cobraron.
(Publicado en ecoUruguay, 31/10/2008)
Un desconocido afirma que un submarino atómico argentino se desplomó sobre la Casa Rosada. ¿Qué hace un periodista con un mínimo sentido común, una ética mínima y un mínimo rigor? Lo primero, rascarse la cabeza porque la historia es absurda.
Un desconocido denuncia en un diarito de provincia que Lanata conducía un ovni en evidente estado de ebriedad y se estrelló contra el Observatorio Intergaláctico de Gualeguaychú. ¿Qué hace un periodista con un mínimo sentido común, una ética mínima y un mínimo rigor?
Un desconocido denuncia que fue agredido por varios individuos que, mientras le pegaban, le reprocharon el conflicto con Argentina; y denuncia además que en el hospital no lo quisieron atender por ser argentino, pero dejó asentada la denuncia en una Jefatura de Policía que no existe, en una ciudad que no existe. El incidente ocurrió en una estación de servicio que no existe, y el hospital... tampoco existe.
¿Qué hace un periodista con un mínimo sentido común, una ética mínima y un mínimo rigor? Si es Lanata, lo publica. Y en primera página. Y esa nota despierta la reacción de decenas y decenas de chovinistas y racistas que dejan comentarios del estilo: “Esto nos pasa por dejar venir a los negritos uruguayos muertos de hambre para darles de comer. Como los yorugas son unos muertos de hambre desagradecidos, después se dedican a hablar mal de los argentinos. Y todavía hay quienes van a veranear allá, para matarles el hambre allá. Ya ven lo que les puede pasar”.
Si Lanata tuviera un mínimo de sentido común, rigor y ética, no habría publicado lo que sigue:
UN ARGENTINO AGREDIDO EN URUGUAY
¿Efectos colaterales de la batalla por Botnia?
Denunció que lo asaltaron y que le mencionaron el conflicto con la Argentina mientras le pegaban. Y que en un hospital le negaron atención.
Un desconocido denuncia en un diarito de provincia que Lanata conducía un ovni en evidente estado de ebriedad y se estrelló contra el Observatorio Intergaláctico de Gualeguaychú. ¿Qué hace un periodista con un mínimo sentido común, una ética mínima y un mínimo rigor?
Un desconocido denuncia que fue agredido por varios individuos que, mientras le pegaban, le reprocharon el conflicto con Argentina; y denuncia además que en el hospital no lo quisieron atender por ser argentino, pero dejó asentada la denuncia en una Jefatura de Policía que no existe, en una ciudad que no existe. El incidente ocurrió en una estación de servicio que no existe, y el hospital... tampoco existe.
¿Qué hace un periodista con un mínimo sentido común, una ética mínima y un mínimo rigor? Si es Lanata, lo publica. Y en primera página. Y esa nota despierta la reacción de decenas y decenas de chovinistas y racistas que dejan comentarios del estilo: “Esto nos pasa por dejar venir a los negritos uruguayos muertos de hambre para darles de comer. Como los yorugas son unos muertos de hambre desagradecidos, después se dedican a hablar mal de los argentinos. Y todavía hay quienes van a veranear allá, para matarles el hambre allá. Ya ven lo que les puede pasar”.
Si Lanata tuviera un mínimo de sentido común, rigor y ética, no habría publicado lo que sigue:
UN ARGENTINO AGREDIDO EN URUGUAY
¿Efectos colaterales de la batalla por Botnia?
Denunció que lo asaltaron y que le mencionaron el conflicto con la Argentina mientras le pegaban. Y que en un hospital le negaron atención.
Crítica, Buenos Aires, 31/10/2008.
Un joven argentino denunció haber sido asaltado en una estación de servicio de la localidad uruguaya de Las Flores por tres hombres, que mientras lo golpeaban mencionaron el conflicto binacional por la papelera Botnia. El hombre aseguró, además, que cuando se dirigió al hospital local le negaron atención médica con el argumento de que era argentino.
El episodio se produjo –según reprodujeron los diarios entrerrianos– durante la madrugada del miércoles, cuando Víctor Daniel Fassi paró en una estación de servicio Ancap con su primo Cristian Bonni, quien además llevaba en el auto a su familia. Según explicó, Fassi vive en la ciudad bonaerense de Luján, pero se encontraba en Las Flores trabajando para su primo, que es arquitecto.
“Se acercaron tres personas a agredirme primero de manera verbal, y como me di cuenta de que iban subiendo el tono, atiné a subir de nuevo a las nenas –sus dos sobrinas– y a la esposa de mi primo a la camioneta para protegerlos. En eso, los agresores se acercaron y me recriminaron por el conflicto de las papeleras y comenzaron a amenazarme. […] Uno de estos agresores me tiró una pedrada que me pegó en el ojo izquierdo y comencé a perder mucha sangre”, le contó Fassi a un medio entrerriano.
En el momento de la agresión –publicó el diario El Argentino, de Gualeguaychú– el primo del agredido no se encontraba en el lugar porque se había alejado del auto en el que viajaban para ir a cargar agua para el mate, y la mujer con sus hijas estaban bajando de la camioneta para ir al baño.
El problema no terminó ahí. Según el relato de Bonni –el primo del joven que resultó herido, quien hizo la denuncia policial en territorio uruguayo–, en el hospital de Las Flores no lo habrían querido atender porque “decían que éramos argentinos y nos cerraron la puerta en la cara”. Sin embargo, minutos más tarde los agredidos volvieron al hospital acompañados por la policía local y en ese momento sí lograron que los atendieran. En su relato, Bonni destacó la predisposición policial, y criticó la mala atención médica. “Ellos, como cualquier persona del mundo vienen a un hospital de la Argentina y hay obligación de atenderlos, pero los uruguayos nos niegan algo tan elemental como la asistencia en una emergencia”, se quejó.
En la denuncia policial que quedó asentada en la jefatura de policía de Las Flores –con el número 530– dice que Fassi “fue agredido sin causa” por tres hombres no identificados y que le robaron “una riñonera color negra” que contenía dinero y documentos.
Fassi, junto a Bonni, su mujer y sus hijas, regresaron de Uruguay el mismo miércoles, a las 14, por el puente internacional General Artigas, que conecta el departamento uruguayo de Paysandú con la localidad argentina de Colón. Para poder volver, debieron exhibir la denuncia policial que les permitió justificar la falta de documentación migratoria.
Una vez del lado argentino, se dirigieron a relatar el episodio a los miembros de la asamblea Ciudad Ambiental de Arroyo Verde, quienes lo acompañaron hasta la guardia del Hospital Centenario de esa localidad para que los revisaran médicos argentinos.
***
La historia verdadera
ecoUruguay no es un portal de noticias que compita por la primicia. Pero era todo tan absurdo que levantó el teléfono y consultó a varias fuentes y periodistas uruguayos procurando corroborar la información, o al menos entender de qué se trataba.
Para empezar, ¿cómo un ciudadano argentino agredido en Uruguay por exacerbados nacionalistas pro Botnia no hizo la denuncia ante un consulado argentino, y en cambio esperó a cruzar para hacerlo ante la Asamblea de Gualeguaychú?
Para seguir, “la localidad de Las Flores” no existe. Hay, sí, un caserío en torno a la vieja estación ferroviaria Las Flores, próximo a Piriápolis. Pero si es un pequeño caserío, no tiene “Jefatura de Policía” ni hospital de Salud Pública. ¿Y si fue en la comisaría y una policlínica? Una llamada telefónica bastó para saber que Las Flores tampoco tiene estación de servicio, y confirmar que no tiene hospital: sus pobladores se atienden en Pan de Azúcar. No existe allí ninguna denuncia del miércoles pasado sobre los hechos denunciados. En el cuaderno de “novedades”, las anotaciones sobrepasan las 1.600. En el de hurtos, no llegan a 80.
Alguien había oído que el incidente fue en Paysandú. Probable, dado que cruzaron el puente Paysandú – Colón. Pero colegas de Paysandú negaron que existiera ninguna localidad ni paraje llamado Las Flores. ¿No habrá sido en el departamento de Flores?, arriesgó una colega de El Telégrafo, aunque en el departamento de Flores no hay ninguna localidad con ese nombre.
Pero, perdidos por perdidos, ecoUruguay llamó a la Jefatura de Policía de Flores, en la ciudad de Trinidad. Sí, fue ahí. Pero no fue así, precisaron fuentes policiales directamente vinculadas al caso.
La historia verdadera es que estos ciudadanos argentinos venían de trabajar en el balneario La Pedrera, departamento de Rocha (¿cómo era aquello de “negros uruguayos a los que les matamos el hambre”?). A su paso por Trinidad se detuvieron en una estación de servicio.
En las proximidades de esa estación de servicio se encontraban dos travestis ejerciendo la prostitución (“con las debidas autorizaciones”, se aclaró a ecoUruguay). Y los pobres ciudadanos argentinos no tuvieron mejor idea que hacer comentarios insultantes, burlándose de ellos. De las burlas al intercambio de insultos, y de allí a la paliza que los travestis propinaron a los ciudadanos argentinos, incluyendo el golpe con una piedra. De todo ello hay testigos.
Miente también el denunciante respecto a la supuesta omisión de asistencia. Los propios policías que intervinieron en su defensa los condujeron al hospital, donde fueron correctamente atendidos.
Los travestis fueron detenidos de inmediato por la policía de Trinidad, que dio cuenta a la Justicia. Pero quedaron provisoriamente en libertad porque el delito de lesiones personales se persigue a denuncia de parte ante la propia Justicia, y los ciudadanos argentinos no estaban dispuestos a permanecer en Trinidad hasta las 13.00 en que abre el juzgado.
De todo ello existe información oficial. Y toda esa información fue puesta en conocimiento de la cónsul argentina en Paysandú, que se interesó por el tema a instancias del embajador en Montevideo.
Ya lo dijo Jorge Luis Borges en el final de aquel cuento:
“La historia era increíble, en efecto, pero se impuso a todos, porque sustancialmente era cierta. Verdadero era el tono de Emma Zunz, verdadero el pudor, verdadero el odio. Verdadero también era el ultraje que había padecido; sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios”.
***
Ahora bien, sólo un pasquín pudo levantar esta denuncia sin corroborar ningún dato. De El Argentino ya nada llama la atención: ese diario ha dicho explícitamente que no da ninguna información que perjudique al piquete de Arroyo Verde.
Pero que el señor Lanata, que tan buen concepto de sí mismo tiene como periodista, levante ese mamarracho sin confirmar nada, sólo puede atribuirse a un amarillismo irresponsable y criminal.
La denuncia destila chovinismo: “En el hospital de Las Flores no lo habrían querido atender” porque “éramos argentinos y nos cerraron la puerta en la cara”. (…) “Ellos, como cualquier persona del mundo vienen a un hospital de la Argentina y hay obligación de atenderlos, pero los uruguayos nos niegan algo tan elemental como la asistencia en una emergencia”.
Uruguay está lleno de turistas y hombres de negocios argentinos, en sus autos con matrícula argentina. Pasean, conversan, reservan casas para el verano… Pero uno de los órganos piqueteros de Gualeguaychú publica una denuncia estúpida que no levantaría ni La Juventud, pero sí el diario de Jorge Lanata, y en primera plana de su portal en Internet.
Y, cuando esta ola de histeria se cobre un muerto, ni la prensa piquetera ni la amarillista Crítica tendrá ninguna responsabilidad. Ellos nada, nada que ver.