jueves, 4 de octubre de 2007

“Hacen como que no nos ven”

Susana Andrade, la Mae de Tabaré



rumbosur, Nº1, 6.4.2006.




La puerta del local sobre la calle Aréchaga da a un pasillo. En la primera habitación, la bandera uruguaya y símbolos del Frente Amplio. Más hacia el fondo, otra habitación alberga al templo umbandista. Entre ambas puertas, un diploma de la Universidad de la República da cuenta de que Martha Susana Andrade obtuvo en 1992 el título de procuradora. Un par de metros después, otro diploma certifica su participación en un curso de buzios, los caracoles usados para la adivinación.

***

En 1971, el Frente Amplio fue constituido por partidos y movimientos políticos, y también por grupos de origen católico y laicos cristianos de base que, a partir del Concilio Vaticano II y la Teología de la Liberación, veían en el programa de la izquierda una coincidencia con los Evangelios. También había agrupaciones protestantes y judías (los movimientos Zhitlovsky y Mordejai Anilevich, aunaban religión y política). En cambio, en el acto final del pachequismo, agrupaciones umbandistas efectuaron “exorcismos” quemando símbolos frenteamplistas y retratos de su candidato, el general Líber Seregni.
Treinta y tres años después, en mayo de 2004, el Frente Amplio aprobaba por unanimidad el ingreso de la agrupación Atabaque, que reivindica su condición umbandista, y cuya lista 7777 (número mágico) está integrada por miembros del culto. Su performance electoral, si bien magra (0,13%), fue superior a la de otros grupos y partidos con larga historia o destacado protagonismo social, como el Espacio 1968, el trotskista Partido Obrero Revolucionario, la Liga Federal Frenteamplista, o el Movimiento 20 de Mayo. Le superaron el Partido por la Victoria del Pueblo y el Partido del Sol Ecologista y Agrario, pero todos por debajo del uno por ciento.

– ¿Qué cambió de entonces a hoy?
– En el 99 Tabaré nos llamó junto a representantes de distintos credos, porque uno de los miedos que estaban sembrando era que si la izquierda llegaba al gobierno las religiones iban a ser perseguidas. Reseñó cantidad de situaciones resueltas desde el gobierno municipal frenteamplista que eran verdaderas muestras de lo contrario, de que la izquierda respetaba todos los derechos, y uno de ellos la libertad de culto.
Creo que si el umbandismo se identificaba con el Partido Colorado (en el 71 ganó el Partido Colorado, y no sólo por el voto de los umbandistas), tal vez vivió la misma evolución que tuvo toda la sociedad, que se ha ido volcando a la izquierda.

(Desde la puerta, el esposo de Susana, Julio Kronberg, también pae umbandista y primer candidato parlamentario de Atabaque, se sale de las casillas por intervenir. “En el 71 yo era umbandista, ‘pro–tupa’ y militaba en un grupo que hoy se llamaría de ultraizquierda, el Frente de Estudiantes Revolucionarios, FER”, acota.)

Además, existía en nuestra gente un miedo por el estigma que cargábamos como grupo religioso o socio-religioso; los templos vivían una cuasi marginación. Habría quienes tenían sus convicciones políticas, pero también para algunos lo mejor era estar del lado de los que mandaban, porque los que mandaban iban por los templos a pedir coimas, interrumpían las sesiones... Durante la dictadura hacían razzias dentro de los templos en medio de las sesiones, nos llevaban vestidos como estoy ahora, con tambor y todo, gurises, mujeres, hombres, asistentes, porque las personas no se podían reunir libremente. Incluso después de recuperada la democracia teníamos que soportar, por ejemplo, que el Departamento de Orden Público siguiera llevando los registros de los templos umbandistas. Se supone que era para todas las religiones pero la única a la que se aplicaba a pie juntillas era el umbandismo. Era, directamente, un fichaje. A nadie se le ocurre que un sacerdote católico, para abrir una capilla, tenga que ir primero a Orden Público a dejar sus datos, que le hagan un cuestionario de carácter religioso, someterse a todo ese vejamen, esa violación moral Y no hay por qué ocultar que en nuestra fe hay mucha gente vulnerable por ser humilde, incluso limitada culturalmente, porque es una religión muy popular, la de los esclavos negros e indígenas. Pero ese registro era además una cartera de clientes: recorrían los templos a pedir coimas. Venían y te empezaban a preguntar: “¿Qué imágenes tiene, de quién es hijo usted...?”. Y a fin de año pasar a buscar el whiskycito, etcétera.
Eso sucedió más o menos hasta el 2000, cuando vinieron a interrogar a mi esposo y dijo “Esto no pasa más. En este país hay libertad de culto, yo los recibo en mi casa porque quiero y, mientras yo no cometa un delito, usted no tiene derecho a venir a cuestionarme religiosamente ni nada”. Hablamos con el ministro del Interior, Guillermo Stirling, y aquello quedó sin efecto. Pero incluso después de destruir los registros hubo que insistir para que hicieran circulares para toda la Policía, porque dos por tres seguían los atropellos. De pronto un vecino protestaba por ruidos molestos, y eso daba pie a que vinieran de la seccional en actitud prepotente. A mi esposo lo llevaron detenido en medio de un ritual, con pase a la Justicia; estuvo preso casi 20 horas. Y no es la seccional la que tiene que actuar por ruidos molestos: es la Intendencia.

– Todo un asunto.
– Entendemos que podemos molestar a los vecinos. Somos gente humilde, no tenemos catedrales ni edificios aislados como deberían ser. Pero eso se prestaba a que viniera la Policía con prepotencia, violando la libertad de culto que está en la Constitución, llevándose gente presa... Tal vez todo eso también haya condicionado a alguna gente.
Pero la chispa de nuestra participación en política surgió de mi esposo, frenteamplista de toda la vida. Tuvimos temor, porque cuando te declaras públicamente integrante de algo no sabes cómo va a reaccionar quien no lo comparta; sin embargo fue mucho mayor el apoyo que el rechazo.
Pienso que va todo junto, como la búsqueda de otras formas religiosas. No digo nuevas, porque nuestra religión es muy antigua, de raíces africanas milenarias, pero creo que la gente busca algo que le sea más propio, algo que vibra en su mismo ser interior, como el tambor que tocaban los africanos y los indígenas, que no es lo que nos impuso la conquista europea. Creo que las personas y la sociedad están haciendo un viaje hacia dentro de sí mismas para buscar de dónde venimos, qué sentimos como propio, y esa misma libertad que nos hace buscar dentro de nosotros mismos un horizonte espiritual mayor, converge con la búsqueda de la gente hacia opciones políticas que respetan los derechos y libertades como no lo hacían otros gobiernos.

– A partir de esa visión, ¿cómo les va con la Iglesia Católica? Ustedes han cuestionado a la Iglesia, ahora mismo me hablabas de “la religión del conquistador”. De pronto se los ve juntos en un homenaje, en una actividad, y luego en una polémica...
– Yo creo que nos ignoran, prefieren intentar pensar que no existimos. Me lo decía Miguel Pastorino, un tipo maravilloso, abierto, del quincenario arquidiocesiano Entre Todos, que participa del diálogo inter-religioso oficial. Este 25 de marzo, en un encuentro por el Día Internacional del Niño por Nacer, me decía: “Es absurdo que en el Uruguay haya un diálogo inter–religioso de dos, porque participamos nosotros y los judíos”. Existe un acercamiento propiciado por el Centro UNESCO Montevideo, en el que participan los Bahai, nosotros, los anglicanos, pero la Iglesia Católica no tiene un verdadero diálogo inter–religioso en el Uruguay, como sí lo hay en Argentina.
No pasa sólo con el catolicismo. No quiero generalizar, pero hay un gran sector pacato, intelectualoide de nuestra sociedad, que prefiere pensar que no existimos. Aunque rompe los ojos, aunque los 2 de febrero están ahí, aunque los templos están en todos lados, prefieren engañarse a sí mismos y hacer como que no existimos. En ese encuentro del 25 de marzo contra el aborto hubo algunas intervenciones bastante sectarias, como que “Jesús es la única verdad”, cosas así, que te hacen sentir incómoda.
Relación con la Iglesia Católica prácticamente no existe, aunque nosotros la buscamos. Cuando se dio el debate por el aborto salieron monseñor Cotugno y el pastor Márquez, nosotros buscamos con mucho ahínco participar; saben que no somos algo desorganizado, que tenemos desde hace muchísimos años una federación con personería jurídica (Instituciones Federadas Afroumbandistas, IFA Uruguay), tenemos un periódico... Cotugno ha venido a actividades nuestras, nos encontramos, nos saludamos cordialmente, pero no aceptaron a los umbandistas en la lucha contra el aborto.
En cambio, la apertura de los judíos hacia el umbandismo es maravillosa. Fuimos a Nostra Aetate y allí estaban rabinos, Cotugno, monseñor Galimberti, un obispo argentino, un pastor luterano... Yo fui con mis atuendos religiosos y el obispo argentino (una persona encantadora) me miró como si yo fuera de una murga y me preguntó que soy. ¿Cómo una persona de edad como él no va a saber que existe el umbandismo y cómo nos vestimos? Es cierto que en Argentina la religión del Estado es el Catolicismo, pero ¡el umbandismo es una manifestación cultural como cualquier otra!
Entonces los contactos son individuales y esporádicos. Este jueves 6 voy a estar en la parroquia del padre Pablo Dabezies, en la calle Tamburini, donde él siempre organiza unas jornadas de reflexión previas a la Semana Santa. Esta será sobre el sufrimiento de los inocentes y cómo lo explica cada visión religiosa. Vamos a participar con un musulmán, un pastor luterano, un rabino, por supuesto una representante de la Iglesia Católica. Pero siempre a nivel más individual que institucional.

– La Iglesia Católica tiene una organización institucional, con autoridades mundiales, nacionales, locales... Es un interlocutor reconocido. El umbandismo, en cambio...
– En Uruguay tenemos la Federación, de la cual yo soy la presidenta y Julio es el secretario. Pero no tenemos una autoridad religiosa a la cual todos se sometan.

– A eso iba. En un diario de hoy, la mayoría de los avisos clasificados sobre tarot son de umbandistas: Pae Walter de Xangó, Mae Marlene, Mae Raquel de Oxalá, Mae Graciela de Xangó, Mae Gladys de Iemanjá, Mae Wilma de Ogum, Mae Nelly, Pae David... el 90 por ciento.
– Los conocemos.

– En la medida en que no hay una autoridad institucional ¿cómo se maneja este tipo de cosas desde el umbandismo? Porque el tarot y los naipes no tienen nada que ver con umbanda ni con los esclavos africanos.
– No, no tienen. Propio del africanismo, del candomblé o del batuque son los buzios, que han derivado a la adivinación aunque tienen otra función en el culto. Ojo, que casi todos tiran las cartas aunque no sea algo intrínseco, porque la mediumnidad también da una videncia a la que se puede apelar. El problema es cuando aparecen los chantas.

A nadie se le ocurre que un sacerdote católico, para abrir una capilla, tenga que ir primero a Orden Público a dejar sus datos, que le hagan un cuestionario de carácter religioso, someterse a todo ese vejamen, esa violación moral. Pero ese registro era además una cartera de clientes: recorrían los templos a pedir coimas.
En cuanto a regulación interna, tropezamos con esa dificultad. Nadie puede ponerse una sotana y decir “Soy cura”, pero cualquiera puede decir “Soy pae”. Como Federación intentamos regular eso. No aceptamos como afiliado a cualquiera que se diga pae. No invadimos casa ajena pero miramos la conducta, el desempeño religioso, tomamos un período de conocimiento antes de afiliarlo... Tomamos recaudos que obviamente no pueden cubrir todo, como la Iglesia Católica con toda su estructura no pudo impedir que hubiera abusadores de menores. Los delitos escapan de la regulación y no hay que desestimarlos en ninguna institución humana; sea brahamanista, musulmán, católico, umbandista, evangélico o lo que sea, el recurso que tenemos los ciudadanos es denunciarlos penalmente.
Desde nuestra publicación nos ha tocado en más de una oportunidad sacar comunicados de prensa desconociendo a determinada persona como integrante de nuestra Federación. Creo que esto se va a ir puliendo por la sola lógica de los hechos. Hace poco, cuando una supuesta mae fue denunciada como estafadora en un programa de televisión, nos llamaron de Jefatura de Policía a pedido de la jueza para que le informáramos si integraba nuestra Federación. Nos preguntaban por el nombre civil, que nosotros no conocíamos, pero cuando nos dijeron cómo se hacía llamar pudimos informarles fehacientemente que no pertenece a la Federación. Y después me citaron del juzgado (justo para un 2 de febrero, se ve que no conocían la significación de esa fecha), en lo que creo que es la búsqueda de testimonios serios para tomar una resolución.
Y hace poco citaron a Julio de un juzgado de Solymar para informar con propiedad a la Justicia sobre si un problema que se había suscitado tenía que ver con la mecánica normal del culto.
De todos modos, ojalá que los adivinos fueran todo nuestro problema.

– ¿Y cuál es su problema?
– Uno de ellos ha sido la estigmatización en el tratamiento de la prensa. Ahora tenemos una actitud que ha llevado a que se cuiden en sus expresiones, pero era común (hace poco ocurrió en los dos informativos centrales de Canal 10) que dieran una noticia como “Era umbandista el violador de Solymar”. Ejercimos el derecho de réplica, corrigieron el error y pidieron disculpas, pero... Y también hace poco, en Canal 12, en uno de esos programas que vienen de Argentina, mostraban el cadáver de una persona mutilada y decían que había sido en un rito umbandista. Ahí tuvimos el apoyo de los judíos, algunas organizaciones de Derechos Humanos y de afrodescendientes para sacar esa parte de las promociones del programa, que después fue levantado.

– ¿Y con el resto de los partidos políticos? En el sitio web de Atabaque he visto muchas fotografías de frenteamplistas y del Foro Batllista, pero casi ningún blanco.
– Siempre me llamó la atención. Nosotros siempre buscamos acercamiento con todos, pero no tuvimos eco. Ahora con Beatriz Argimón tenemos buen trato, más bien por el tema mujer, pero yo no caigo bien en ningún lado, porque las mujeres están más organizadas con el tema de la despenalización del aborto, y yo no lo acepto.

– Justamente, te quería preguntar por la posición de Atabaque en relación al aborto. Los argumentos a favor y en contra de la despenalización se basan en convicciones: la convicción de que el óvulo fecundado es un ser humano, la convicción de que podrá transformarse en un ser cuando transcurra determinado tiempo, y que incluso antes de eso se producen abortos de los cuales ni siquiera la madre se entera, etcétera. Ustedes han salido públicamente a oponerse a la despenalización. ¿Es una convicción fundada en la cosmovisión umbandista, o de tipo personal?
– Es una discusión filosófica eterna, como los que creen en Dios y los que no creen, y ninguno lo puede demostrar. Pero mi religión no acepta el aborto, porque considera que no somos dueños de nosotros mismos en el sentido espiritual. Tenemos incluso un orixá, la Mae Oxum (en el sincretismo de nuestra religión es Nuestra Señora de la Concepción) al que se le pide que proteja el vientre para que sea fecundado, que proteja ese vientre después de fecundado, y que proteja al niño hasta más o menos un año después de nacer. Después pasa al dominio de Iemanjá, que es la madre que educa, la que restringe, la que no es tan permisiva como cuando al niñito solamente se le consiente, se le mima en su primer contacto con el mundo externo.
Por eso digo sin temor que la posición de Umbanda frente al exterminio de un bebé en gestación, porque eso es el aborto, es un no acérrimo. Hay gente que se dice umbandista y está a favor del aborto, pero es una posición individual probablemente por desconocer los fundamentos. Nuestra religión rinde culto a la naturaleza, los orixás son manifestaciones de la naturaleza: la tierra, el agua, el viento, las piedras, hasta el cementerio tiene para nosotros una significación sagrada. Como manifestación suprema de la naturaleza es el ser creador de toda la vida que es nuestro Dios (para nosotros con nombre africano, Zambi u Olodumaré), y el hombre como manifestación por excelencia de ese poder supremo, dador de toda vida. La persona que inició a mi esposo en la religión le enseñaba que incluso si una persona tenía la desgracia de segar una vida ajena, por ejemplo en un accidente, no puede ejercer más el sacerdocio: puede participar del culto pero no ser un médium que imparta sus dones a otros. No podemos transgredir esas normas básicas que son pilares de nuestra fe.
Aceptamos el control de la natalidad, también nos cuestionamos en esas situaciones de embarazo por violación, o cuando está en juego la vida de la madre, pero creemos que al aborto se recurre por falta de protección de la sociedad. Si buscamos evitar esos 33.000 abortos por año que dicen que se producen, si Uruguay tiene la tasa de nacimientos más baja de América del Sur, si estamos por desaparecer como país por ese genocidio moderno, la protección de las madres tiene que ser una política de Estado: premio a la mujer que quede embarazada, hay que mantenerle al hijo, buscarle la vuelta, porque ¡se gasta en tantas banalidades!
Pero no quiero hacer valer una posición religiosa en este tema, como lo que te comentaba sobre el Encuentro por la Vida. Es muy fácil tratar de acarrear leña para el asado de cada uno, pero ahí se está desdibujando el tema. Me parece que es muy feo usar algunos temas para posicionarse. Nosotros participamos en actividades vinculadas a los Derechos Humanos, a los desaparecidos, pero tengo mucho prurito en marcar presencia por ejemplo en los sepelios de las víctimas; creo que es algo íntimo, algo tan delicado como la posición sobre la despenalización del aborto. Por eso me pareció grosero que alguien que está haciendo un llamado a la sensibilidad pública saque una bandera ahí arriba. No quiero que haya abortos, tampoco quiero que haya mujeres que mueran por hacerse abortos en condiciones deficientes, pero vomitaría de pensar que usando eso alguien más venga a tirarse las cartas conmigo.

– Otro tema polémico en el que salieron a apoyar al Presidente es la prohibición de fumar en lugares públicos. ¿Cómo lo solucionan ustedes? Porque el cigarro forma parte del ritual: ahí veo la figura del Preto Velho con su pipa.
– El Rey Congo. ¡Qué problema tenemos ahora! Nos parece bárbaro esto del cigarrillo; ahora algunos se quejan pero no se dan cuenta de que los no fumadores vivimos toda la vida con eso.

(Acota Julio: “Yo soy alérgico, además”)

Pero nos estamos replanteando esa situación. Para nosotros, la “fumaça” tiene un significado. Los paxés fumaban hierbas que atontaban su yo para dejar fluir su espiritualidad (llamale incorporación, mediumnidad o como quieras), y nosotros no lo hacemos en ese sentido: fumamos cigarros comunes, a veces pipa... Tiene un valor de homenaje a lo que hacían los esclavos e indígenas como esparcimiento: fumaban, tomaban alguna bebida fuerte para darse alguna alegría, porque ¡tenían tan poco! No es cuestión de embriagarse: si alguien dice que lo hace por la umbanda es mentira, es un borracho que se hace el umbandista.
Pero son elementos propios del culto: con esa “fumaça” limpiaban de efluvios negativos al ambiente y a la persona, limpiaba su aura. Así que ahora, eso y Tabaré... ¡no sé dónde va a quedar! (risas)
No sé: es poco, las sesiones son cada 15 días...

– ¿Es “un poquito ilegal”, procuradora?
– Ahí viene lo de la cintura, ¿ves? Estamos pensando cómo hacer: capaz que tener lugares abiertos, o fumar barba de choclo en chala (lo que está prohibido es el tabaco)... Por lo que decíamos del origen humilde de nuestra religión, los templos funcionan en casas habitación pero no dejan de ser templos. Y también está lo de la libertad de cultos. Nuestro culto es así.

***

Axé, axé, Tabaré

– Así como en el 71 hubo rituales contra el triunfo del Frente, ¿hicieron ustedes ahora ceremonias a favor del triunfo?

– Sí, sí, sí. Las energías se encaminan todas hacia lo mismo. Desde el momento en que humanamente uno pone sus esperanzas en una opción, así como trabajamos políticamente también ayudamos con la batería de lo que usamos habitualmente para venerar a nuestros orixás: oraciones, ofrendas... El destino que pedimos para nosotros es el que pedimos para todo el Uruguay y por supuesto para el gobierno, con todas nuestras energías.
Cerca de las elecciones apostamos con mucha fuerza a que no hubiera segunda vuelta, para que no se repitiera lo del 99 y terminaran juntándose contra Tabaré. Las encuestas daban que Tabaré ganaría por poco y me preguntaron en una radio si ganaba Tabaré o Larrañaga. Yo dije que no habría segunda vuelta.
Otros vericuetos son... reservados.
Se ayudó con lo que se pudo; para mí esto responde a un llamado universal de necesidad de cambio. Si pudimos poner nuestro granito de arena nos sentimos contentos, con toda humildad.

– ¿Cómo ven el desempeño del ministro Astori? ¿Vamos a un acuerdo comercial con Estados Unidos?

– No; no entramos en tanto detalle. Trabajamos por un cambio para toda la gente. Las predicciones se hacen cuando comienza el año, y nuestro augurio es coherente con cómo votamos. Lo que vemos es que todavía es nuevo para pedirle muchos frutos, pero a este gobierno le va a ir muy bien por este sendero que elegimos.


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Todos los defectos, menos uno

– Veo que eres procuradora desde 1992. ¿Qué edad tienes, dónde naciste?
– ¡Qué manía esa! Tengo la edad suficiente. Leí una nota sobre Susana Giménez y decía “a sus 62 años”. ¡Qué asesinos! ¿Por qué tienen que decir la edad de las mujeres?

– Cuando la persona en sí misma despierta interés, es un dato relevante. Todo el mundo recuerda a Susana Giménez con 30 años de edad desde hace 30 años, y el lector se pregunta “Pero ¿cuántos años tiene?”

– ¿Te gusta que te pregunten por tus defectos? Para mí la edad es un defecto, porque me recuerda que soy mortal. Prefiero olvidarme: soy intemporal.

– ¿Digamos que 50?

(Risas. Julio aporta: “Se pudrió todo”)

– ¿50 “bien llevados”...?

– Ponela, dale; la que te parezca. Tengo 41 pero igual me vendo sola, porque se supone que la persona que la esconde tiene más que la que aparenta (risas).

– ¿Nunca ejerciste como procuradora?

– No. Nací en La Aguada. Mi padre tenía una tintorería y me incentivaba a que estudiara, cuando me casé mi esposo me hizo terminar antes de que vinieran los hijos, y bueno: con mucho sacrificio hice una carrera intermedia, fue una alegría cuando me recibí como procuradora, pero nunca ejercí.
Lo valoro más porque, como nuestra religión es tan discriminada... Proporcionalmente no hay mucha gente negra, pero llama mucho la atención que Julio sea blanco y rubio, que tenga ese aspecto de doctorcito, un apellido como Kronberg... Yo soy más típica, pero aunque parezca increíble me sirve mucho ser procuradora. Siempre digo que tengo todos los defectos: soy mujer, negra, macumbera... pero ojo: analfabeta, no.